Cleansing of the Temple
Reading: Matthew 21:12-17
Reflection
The time had come. No longer was Jesus performing miracles and telling the healed to say nothing. No longer was Jesus going to different cities to avoid certain encounters. After the triumphant entry into Jerusalem, there was no longer anything discrete about Jesus’ ministry. As you read through this story, think about how many times Jesus had been in the temple in his life prior to this experience. Do you think that perhaps there was a holy anger building inside of him every time he witnessed this blatant disregard and desecration of his Father’s house? Every time he saw the poor and the foreigner being cheated and the commoditization of the devout worshiper?
After the cleansing, Jesus does not storm off in a huff. He remains. The cleaning out of all that was sacrilegious and a desecration was not the end goal. Jesus sought to restore a right understanding of what it means to come into the presence of God. When we come to God, God longs to open our eyes, to pick us up and help us to walk again.
Questions
- If your heart and spirit were represented in a physical space and Jesus was walking through it, what do you think he would want to throw out?
- What do you long to bring to Jesus and ask him to heal in your life? Write out a prayer to Jesus as if you were one of the blind and lame who approached Jesus in the temple after the cleansing. What would you say to Jesus? What do you think he would say back to you?
Prayer
Jesus, I pause to reflect on the pain you must have felt every time you entered the temple and walked past the money changers and merchants, their booths and tables filling the only part of the temple foreigners were allowed to worship in. Their rates and prices showing blatant disregard for fairness, let alone a desire to help those coming to worship. Jesus, I do not want to live in any way which pushes out those who are seeking you. I do not want to let anything remain in my heart, my habits, my attitude, my faith that does express complete worship to you. Jesus, enter into my life, cleansing and clearing out whatever doesn’t please you. Amen.
Jesús despeja el templo
Lectura: Mateo 21:12-17
Reflexión
El tiempo había llegado. Jesús ya no estaba haciendo milagros y diciéndoles a las personas sanadas que no le cuenten a nadie lo que había hecho. Jesús no estaba eludiendo ciertos encuentros. Después de la entrada triunfal a Jerusalén, ya no había nada secreto sobre el ministerio de Jesús. Al leer esta historia, piensa sobre cuantas veces Jesús habían estado en el templo durante su vida antes de esta ocación. ¿No crees que tal vez había una ira sagrada que creció en él cada vez que vio la forma que otros desacraban con indiferencia la casa de su Padre? ¿Cada vez que vio como tomaban ventaja de los pobres o extranjeros y mercantilizaban la adoración de Dios?
Después de despejar el tempo, Jesús no salió ofendido. Se quedó allí. La limpieza de todo objeto sacrílego o desacrado no era su meta final. Jesús deseaba restaurar la forma correcta en que se debería entrar a la presencia de Dios. Cuando nos acercamos a Dios, Dios desea abrir nuestros ojos, ponernos de pie y ayudarnos a caminar de nuevo.
Preguntas
- Si tu corazón y espíritu se podrían representar en un espacio físico y Jesús entraría allí, ¿que crees que desearía despejar de tu vida?
- ¿Qué deseas entregar a Jesús para que él pueda sanarlo? Escribe una oración a Jesús como si tu fueras uno de las personas ciegas o cojas que se acercaron a Jesús cuando el despejo el templo. ¿Qué le dirías a Jesús? ¿Como crees que él te respondería?
Oración
Jesús, tomo una pausa para pensar sobre el dolor que debes haber sentido cada vez que entraste al templo y pasaste los cambista y vendedores. Sus casetas y mesas ocupaban la única parte en el templo donde extranjeros podían adorar. Sus tarífas y precios eran injustos, ya que no deseaban ayudar a aquellos que llegaban para adorar. Jesús, no quiero vivir de tal forma que eche a un lado a aquellos que te están buscando. No quiero que nada quede en mi corazón, ya sean hábitos, actitudes, o formas de pensar, que no expresen una adoración completa a ti. Jesús, entra a mi vida, limpia y despeja todo aquello que no te agrade. Amén.